Un dramático motín tuvo lugar en la Comisaría N°12 de Villa Urquiza, situada frente a la Plaza Zapiola en la calle Juramento 4367. Un grupo de aproximadamente 34 reclusos que se encontraba en huelga de hambre logró forzar las rejas de las celdas y amotinarse en el patio interno de la delegación, desatando una serie de disturbios que incluyeron la quema de colchones y el forzamiento de las rejas. Afortunadamente, la situación fue controlada por las autoridades y ningún recluso logró escapar.
La respuesta de las fuerzas de seguridad no se hizo esperar. Un amplio operativo policial fue implementado, acordonando un área de seis manzanas alrededor de la comisaría. Además, se evacuó completamente la Plaza Zapiola, un lugar de esparcimiento y encuentro para los vecinos de Villa Urquiza y más siendo un día sábado bastante agradable.
Agentes de la División de Intervenciones Rápidas (DIR) y de la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaidías (DUTIA) de la Policía de la Ciudad se desplegaron en el lugar de los hechos. Afortunadamente, ningún oficial resultó herido durante el incidente.
Si bien la situación fue controlada, las autoridades investigan la motivación detrás del motín. Se exploran dos posibles escenarios: la organización de una fuga masiva por parte de los reclusos o una protesta destinada a lograr traslados a otras instalaciones. Las investigaciones continúan y se espera una mayor claridad en los próximos días.
Esta no es la primera vez que las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires enfrentan problemas de superpoblación. La Comisaría N°12, por ejemplo, tiene una capacidad diseñada para albergar a cierta cantidad de internos, pero actualmente alberga a más del doble de su capacidad. Esta situación se debe en parte a la demora en los traslados de detenidos hacia las cárceles del ámbito nacional debido a la burocracia judicial.
El sistema judicial, sumado a la falta de capacidad en las cárceles nacionales, ha generado una crisis en las comisarías y alcaidías de la ciudad. Esto tiene un impacto directo en la capacidad de la policía para llevar a cabo su función principal de prevención y seguridad ciudadana. Los recursos destinados a la seguridad se ven desviados hacia una función penitenciaria para la cual no están preparados.
Los vecinos de la Comuna 12 y de toda la ciudad experimentan las consecuencias de esta situación. Las patrullas policiales y la prevención del delito se ven limitadas debido a la necesidad de mantener la custodia de los detenidos en las instalaciones policiales. Esta situación ha generado una tensión entre la seguridad ciudadana y la gestión de detenidos en las comisarías.
Ver articulo completo en : www.donadoholmberg.com.ar.com.ar